Ante el constante aumento de los precios de los alimentos se escuchan comentarios...
- "La culpa es del gobierno"
- "Ya no se puede comer ni un asado el domingo"
- "Las milanesas se fueron a las nubes"
- "Estos hijos de p... aumentan todo por las fiestas"
- "Fui al supermercado y en cuatro pavadas gasté 100 mangos"
- "Los precios se van a las nubes y el gobierno que no hace nada"
Como cuando estamos enfermos, la fiebre es el síntoma y no la enfermedad.
Los síntomas ya los conocemos... los sentimos en el bolsillo cada vez que vamos al almacén.
Por eso se trata de determinar cuales son las causas, es decir, cuál es la enfermedad.
Veamos las distintas causas de por qué aumentan los precios:
1) La falta de un producto en el mercado hace subir su precio.
- Ojo, no es que la producción de alimentos sea escasa, es que hoy a distintos alimentos (como el maíz por ejemplo) se los utilizan para fabricar biocombustibles en lugar de utilizarse como comida.
- Por otro lado los productores optan por sembrar lo que les deja mas plata (mayor rentabilidad), como por ejemplo la soja (483,73 dólares la tonelada) y dejan de producir trigo, carne o leche por ejemplo.
Así las cosas, al haber menos oferta de alimentos su precio sube, y lo hace en todo el mundo.
2) La devaluación del dólar (es decir que el dólar pierda valor) hace que el mismo producto cueste más.
- (¿por qué?)
3) A un productor de carne le conviene vender su producto en el mercado europeo o norteamericano, ya que se lo pagan en dólares y recibirá más pesos por el kilo que si lo vende en nuestro país, por lo que presiona al gobierno constantemente para que lo autorice a exportar cada vez más (y vender entonces cada vez menos aquí), mientras hace subir el precio intentando ganar como si lo vendiera en el exterior. No por casualidad el terrateniente entrerriano, De Angelis, dijo en plena pelea entre los empresarios del campo y el gobierno nacional: "el que quiera lomo que lo pague 80 pesos".
4) Las grandes empresas productoras de alimento y las cadenas de supermercados como Cargill, La Serenísima, Monsanto, Carrefour, Grupo Cencosud (Disco, Vea, etc.), acuerdan los precios a los que se venderán sus productos, obvio que los fijan altos y esto lo pueden hacer porque controlan el mercado. ¿En qué sentido controlan el mercado? Bueno, es sencillo, por ejemplo: el 72% de las galletitas dulces las producen y venden sólo 3 empresas, Danone – Kraft – Arcor. Entonces, las 3 empresas se ponen de acuerdo y deciden elevar el precio de sus productos (en este caso galletitas dulces), quiera o no el o la presidente que esté en ese momento. Otros ejemplos son, en yogures: Danone – Sancor – Parmalat 74% del mercado. Pan lactal, Fargo – Bimbo –La Salteña, 90%.
5) Los empresarios ven que pueden quedarse con gran parte del dinero que reciben los trabajadores: ya sea por la Asignación Universal por Hijo, los aumentos salariales, los planes Argentina trabaja o el aumento de las jubilaciones mínimas: al aumentar los precios logran que ese dinero que reciben ahora los trabajadores termine en sus manos.
6) Por otro lado, hay en el mundo enormes masas de dinero (capitales) que buscan ganancias y no encuentran lugares seguros para hacerlo. Así, se vuelcan en la compra de acciones de empresas dedicadas a la producción y venta de alimentos (los “agronegocios”), negocios conformando “pooles” de siembra de los que obtienen grandes ganancias elevando los precios a las nubes. (¿por qué?)
Como se ve el gobierno no es el responsable de los aumentos de precios. Sin embargo algún papel juega en este tema de la inflación.
Veamos qué ocurrió con “La 125”
A comienzos del 2008 el gobierno nacional, por medio de un decreto de la presidenta Cristina Fernández intentó poner un freno a los aumentos de precios que ya comenzaban a afectar el bolsillo de los trabajadores, pero por diferentes motivos, (desconocimiento del pueblo de los beneficios que aportaba la resolución 125, falta de militancia en los barrios que pueda informar a los vecinos, desinformación y engaño alevoso por parte de los grandes medios como Clarín y La Nación, socios económicos de los empresarios del campo), no logró el apoyo del pueblo y tras derivar su tratamiento y debate al Congreso Nacional, fue rechazada por el Senado encabezado por el vicepresidente y líder opositor, Julio Cleto Cobos. Esta Resolución presidencial número 125 establecía retenciones móviles a los productos agrícolas (impuestos a las exportaciones de soja, maíz, etc., que se aumentan o reducen al aumentar o bajar el precio internacional de esos productos), y con ella se pretendía lograr que los empresarios no tuvieran tanto negocio por vender alimentos y sembrar tanta soja, sino que estos vendan más dentro del país y a precios razonables y que la soja no siga quitándole lugar al trigo, la carne y la leche (algo que también vimos que hace aumentar los precios de estos alimentos).
También desde la Secretaría de Comercio se presiona a las grandes empresas para que mantengan los precios estables, sin aumentar. Otra acción fue la de disponer en varios puntos del país puntos de venta de ciertos alimentos a precios económicos para forzar así que se evite aumentar los precios. Con el mismo objetivo se promueven las compras en el Mercado Central.
Estas medidas políticas no lograron hasta ahora controlar la inflación. Para ello sería necesario contar con otras herramientas políticas, pero ello requeriría que el gobierno nacional tuviese mucho apoyo popular y político, ya que chocaría duramente con grandes empresas monopólicas.
Conclusiones
La suba de precios de los alimentos no es un fenómeno que se de sólo en nuestro país, sino que es consecuencia de una misma crisis que enfrenta hoy todo el mundo.
Hoy los capitales encuentran mas ganancias en la especulación que en la producción industrial, por lo tanto pasan al circuito financiero, donde el incremento del capital sólo se produce robándoselo a otros, y en esta pelea desleal entre empresarios los pueblos son los principales perjudicados.
Un informe de la FAO (organismo de las naciones unidas para la agricultura y la alimentación) revela que en los últimos 12 meses la inflación de los alimentos (el aumento de precios) en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe subió por lo menos un 50% mas que la inflación general:
es decir que los alimentos aumentaron su precio mucho más (un 50% más) que los demás productos.
En una nota Clarín, 09/01/11: “La escalada del azúcar, granos y oleaginosas llevó el precio mundial de los alimentos a récord en diciembre. (…). Azúcar y carnes están en precios récord y los cereales retomaron los niveles del 2008 (…). El año pasado el precio del trigo europeo se duplicó. En EE.UU. subió más del 50% y la soja más del 30%.
El índice de alimentos de la FAO (215 puntos en diciembre…) ilustra el tremendo encarecimiento de los alimentos en una década. En 2002 el nivel era 90, y no pasó los 100 hasta 2004”.
Ante estos problemas los gobiernos tratan de defendernos (por ejemplo mediante el proteccionismo). En la Argentina se lo hace controlando precios y aplicando retenciones a las exportaciones.
Estas medidas, muchas veces, encuentran del otro lado una fuerte oposición como la que surgió en el 2008 contra la “Resolución125”, donde los “dueños históricos de esta república”, la oligarquía terrateniente y sus asistentes (las asociaciones empresarias del campo dirigidas por Biolcatti, Llambías, De Angelis, Buzzi y los políticos y medios de comunicación que apoyan las políticas del las empresas agroindustriales: Clarín,La Nación, Carrió, Duhalde, de Narváez, Cobos...), prácticamente paralizó el país e hizo temblar al gobierno.
Así las cosas podemos concluir en que el gobierno de Cristina no es el culpable de los aumentos de los precios.
¿Qué podemos hacer nosotros?
Debemos, en primer lugar, entender las causas que producen la enfermedad para poder actuar sobre ella y no tirar golpes al aire. Esta tarea no es individual sino que la debemos llevar a cabo el conjunto de los trabajadores y todos los que sufrimos los mismos problemas, en cada barrio, fábrica, escuela, etc., porque es sobre nosotros donde se descarga con mucha fuerza la crisis mundial.
Y si los principales perjudicados somos nosotros ¡¡¡entonces algo tendríamos que decir los trabajadores y el pueblo!!!
Una opinión de quiénes editan Pariendo una Nueva Sociedad
