Una vez más nos encontramos con la problemática del clima y en esta ocasión intentaremos conectar, lo que parece algo fuera de nosotros, con nosotros mismos, o sea, muchas veces oímos decir que se producen desastres ecológicos y la sensación es que pasa en lugares muy lejanos, que nunca nos va a tocar, pero los hechos nos demuestran lo contrario. En primer lugar, entonces, veamos los hechos.
El cambio climático es la mayor preocupación a nivel mundial
Clarín - 22/07/2015 (Fragmento)
El cambio climático es la mayor preocupación a nivel mundial
Clarín - 22/07/2015 (Fragmento)
Una encuesta realizada por el Pew Research Center (entidad no gubernamental de estudios sociales con sede en Washington) con entrevistas a 45.340 personas de 40 países –entre ellos, Argentina– concluye que el cambio climático es la principal preocupación a nivel mundial. A los encuestados se les solicitaba que manifestaran su grado de preocupación sobre siete problemas: cambio climático, inestabilidad económica, actividades terroristas de grupo como Estado Islámico, ciberataques a gobiernos o empresas, tensiones entre Rusia y sus vecinos y las disputas territoriales entre China y su entorno. Los investigadores utilizaron el porcentaje de gente que había asegurado estar muy preocupada por cada uno de los fenómenos para efectuar la comparación entre ellos. En 19 de los 40 países, el cambio climático aparecía en la primera posición. Los datos más elevados se encuentran en Latinoamérica, donde un 61% de los habitantes asegura estar muy preocupado por dicho fenómeno. En Perú y Brasil, donde la deforestación avanza, el porcentaje alcanza el 75%. En la Argentina, el 57% de los encuestados mostró su preocupación por el tema, por encima de la inestabilidad económica global (49%) y el terrorismo internacional (34%), que quedaron detrás. En 7 de los 9 países del África Subsahariana el cambio climático es el asunto que más preocupa, con una media total del 59%. Las cifras más altas se dan en Burkina Faso (79%), Uganda (74%), y Ghana (71%). Asia, otra de las regiones más vulnerables, es la tercera zona el cambio climático es la mayor preocupación. Aunque el porcentaje medio es del 41%, existen grandes desequilibrios entre países como India (73%) y Filipinas (72%) respecto a China (19%) o Pakistán (25%).
Ahora veamos cómo se expresa, en uno de sus aspectos, el cambio del clima en la Argentina, y que consecuencias nos deja.
En la Bahía de Samborombón el cambio climático se siente y se ve
Medio Ambiente. Los efectos del calentamiento en uno de los lugares más vulnerables del país. Subió el nivel del mar, hay erosión en los campos, vientos más intensos e inundaciones y sequías abruptas. Clarín 19/07/2015 (Fragmento)
En la Bahía de Samborombón, se está reescribiendo el mapa de la Argentina. Y el lápiz que guía este trazado geográfico es el clima global. Debido al aumento de la temperatura, la zona se convirtió en uno de los frentes más vulnerables de la costa bonaerense y en un laboratorio de cambios. Subió el nivel del mar, hay erosión en los campos, mayor intensidad del viento y fenómenos abruptos como inundaciones seguidas por sequías. Todo esto ya está afectando a los productores agrícolas y a los pescadores.
Esta es la Pampa deprimida, último reducto del pastizal y refugio de especies amenazadas como el Venado de las Pampas, nuestro ciervo autóctono. Aquí está uno de los 21 humedales de la Argentina señalados como de importancia internacional porque es un vergel a donde arriban aves que migran desde tan lejos como la tundra ártica. Pero este año, la llegada del invierno se demoró tanto que la becasa de mar, uno de estos pajaritos viajeros, aún se encuentra en la zona cuando ya tendría que estar anidando en la otra punta del mundo.
Los glaciares que se deshacen en Groenlandia, Antártida o montañas de todo el mundo están elevando la cota del mar, lo que se come 80 centímetros de playa por año. También son más altas las olas, dice la gente del lugar. De repente, la ría de Ajó, donde está General Lavalle, que aloja al puerto de la bahía, desborda e inunda el pueblo. En marzo pasado, las siete cuadras que separan la plaza principal del muelle se convirtieron en un río salino y ningún factor meteorológico pudo anunciar lo que pasó.
"Antes teníamos una marea extraordinaria una vez por año. Ahora, tenemos una o dos por mes. Y también mareas recontra extraordinarias", cuenta Mario Santos Beade, intendente del parque. "Hace años, las mareas bajas te dejaban 300 metros de playa. Hoy es frecuente encontrar el agua adentro del campo", agrega.
Fernando Miñarro, quien nos guía por la zona, señala -sin embargo- que el problema del agua es aún más complejo que el del aumento de las mareas. A esta suba, hay que agregarle el incremento de las precipitaciones. Y también otros factores antrópicos, como la canalización del río Salado, lo que suma presión sobre la bahía. "Se junta el agua que quiere salir con la que quiere entrar y los canales desbordan", dice. "El cambio climático exacerba todo esto", agrega.
Lo que puede pasar, entonces, es que los canales se llenen de agua salada, lo que mata a los campos. Y también que se contaminen los acuíferos que se encuentran debajo de los cordones de conchillas que es donde crecen los montes de talares, el árbol típico de la zona. La Pampa del gaucho está entrando en una zona desconocida. Toda esta dinámica hídrica se puede convertir en una trampa no sólo para General Lavalle, sino para zonas pobladas que están más al Norte del estuario, como La Plata y Magdalena. Según dice Miñarro, sobre el cambio climático hay mucha información global, pero disminuye mucho cuando se la baja a nivel local, como este. Los científicos reconocen que aún cuando se limite la suba del termómetro en 2 grados centígrados, la expansión de los océanos seguirá acelerándose. Vicente Barros, uno de los mayores especialistas en cambio climático, dijo a Clarín que "para el año 2.100 el aumento proyectado es de 40 centímetros".
Quienes viven las transformaciones del medio ambiente son los pescadores. Ricardo Trama lo resume así: "Menos frío, más viento y sobrepesca". Pero hay otros fenómenos también como el aumento de la temperatura del agua, lo que provocó una mortandad enorme de especies el verano pasado, particularmente el de la llamada saraca. "Este no es un pescado comercial, pero forma parte de la cadena alimenticia", explica. También observa que en Punta Piedras, en el extremo norte de la bahía, hay muchísima basura, que la corriente arrastra desde centros urbanos, como La Plata. "Las redes vienen llenas de plástico". Justo ahí, desova la corvina, el recurso más valioso de la zona, que está bajo una intensa presión de pesca.
Alfredo González, que fue pescador y hoy es tornero, dice que "el común denominador de las conversaciones es el viento. Va a haber que acostumbrarse a trabajar con él, lo que es muy molesto para los tripulantes". Cuenta también que antes las tormentas venían del Sur. "Pero ahora viene de todos lados".
Podemos citar, a modo de conclusión, al canciller de la Academia de Ciencias Sociales del Vaticano, monseñor Marcelo Sanchez Sorondo, que la semana pasada presentó en la legislatura porteña la encíclica del Papa Francisco sobre medioambiente “Laudato si”, con la presencia del senador Pino Solanas y los legisladores porteños Pablo Bergel y Gustavo Vera, organizador del encuentro.
Sanches Sorondo: “Me da la impresión que aquí se habló poco de esta encíclica. Sólo se la mencionó con motivo de las inundaciones, pero no se habló de su contenido y sobre todo, de cómo ponerlos en práctica”.
En “Laudato si”, el Papa Francisco señala, entre otros aspectos, sobre el uso intensivo de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas, etc) como uno de los responsables de la concentración de gases de efecto invernadero que producen el calentamiento global.
Esta afirmación –que forma parte del consenso científico– fue replicada por neoconservadores católicos y evangelistas, y los rechazos ganaron intensidad por la gira pontificia que se iniciará en Estados Unidos el 22 de septiembre.
“El concepto del calentamiento global viene de la ciencia, no está en la Biblia –afirmó Sánchez Sorondo a Clarín–. Acá se habla de la razón científica. Y el Papa asume las tesis del 99,99% de los científicos. Siempre hay alguno pagado por algún lobby que dice lo contrario. La tesis central es que la actividad humana que utiliza materia fósil, que hace al corazón del sistema energético mundial, es lo que produce el desequilibrio del clima. Y el efecto de este recalentamiento cae sobre los más pobres porque no están preparados, y no tienen ni gozan de las ventajas del petróleo. Es algo que no entienden algunos católicos, y tanto menos los católicos recién convertidos para ser candidatos americanos a presidente”, expresó Sorondo en obvia referencia a “Jeb” Bush, precandidato republicano que se había molestado con el Papa por sus opiniones sobre el cambio climático y la economía.
El Papa critica al capitalismo que sólo sigue al mercado. Naturalmente es claro que en el mundo global las multinacionales no les interesa demasiado la gente, les interesa hacer negocios. Pero si la única ley es el negocio, la democracia se convierte en una plutocracia. (Gobierno de los que más tienen)
Como vemos, el problema no es lejano, esta mas cerca de lo que pensamos. No es que estas cosas sólo pasan en Europa, Asia o América del Norte, sino que las encontramos dentro de nuestra Argentina.
Las noticias nos muestran como se expresa el cambio climático en todas las partes del globo.
Vemos también, como se toman, por parte de algunos sectores de la sociedad, su difusión, su discusión y por sobre todo como poner en práctica algún tipo de solución al problema.
Por esto, es que nos preguntamos, ¿Qué papel jugamos como miembros de una sociedad?, ¿Es demasiado grande el problema?, ¿Los perjudicados somos muchos o pocos?, ¿Es posible darle solución a este y otros problemas que nos aparecen cotidianamente? Comenzar a preguntarnos es el principio, poder juntarnos, para poder intercambiar ideas, es un paso más, poder llevarlo a la práctica es otro y creemos que el más importante, sin dejar de lado el pensar y analizar juntos.
Ahora veamos cómo se expresa, en uno de sus aspectos, el cambio del clima en la Argentina, y que consecuencias nos deja.
En la Bahía de Samborombón el cambio climático se siente y se ve
Medio Ambiente. Los efectos del calentamiento en uno de los lugares más vulnerables del país. Subió el nivel del mar, hay erosión en los campos, vientos más intensos e inundaciones y sequías abruptas. Clarín 19/07/2015 (Fragmento)
En la Bahía de Samborombón, se está reescribiendo el mapa de la Argentina. Y el lápiz que guía este trazado geográfico es el clima global. Debido al aumento de la temperatura, la zona se convirtió en uno de los frentes más vulnerables de la costa bonaerense y en un laboratorio de cambios. Subió el nivel del mar, hay erosión en los campos, mayor intensidad del viento y fenómenos abruptos como inundaciones seguidas por sequías. Todo esto ya está afectando a los productores agrícolas y a los pescadores.
Esta es la Pampa deprimida, último reducto del pastizal y refugio de especies amenazadas como el Venado de las Pampas, nuestro ciervo autóctono. Aquí está uno de los 21 humedales de la Argentina señalados como de importancia internacional porque es un vergel a donde arriban aves que migran desde tan lejos como la tundra ártica. Pero este año, la llegada del invierno se demoró tanto que la becasa de mar, uno de estos pajaritos viajeros, aún se encuentra en la zona cuando ya tendría que estar anidando en la otra punta del mundo.
Los glaciares que se deshacen en Groenlandia, Antártida o montañas de todo el mundo están elevando la cota del mar, lo que se come 80 centímetros de playa por año. También son más altas las olas, dice la gente del lugar. De repente, la ría de Ajó, donde está General Lavalle, que aloja al puerto de la bahía, desborda e inunda el pueblo. En marzo pasado, las siete cuadras que separan la plaza principal del muelle se convirtieron en un río salino y ningún factor meteorológico pudo anunciar lo que pasó.
"Antes teníamos una marea extraordinaria una vez por año. Ahora, tenemos una o dos por mes. Y también mareas recontra extraordinarias", cuenta Mario Santos Beade, intendente del parque. "Hace años, las mareas bajas te dejaban 300 metros de playa. Hoy es frecuente encontrar el agua adentro del campo", agrega.
Fernando Miñarro, quien nos guía por la zona, señala -sin embargo- que el problema del agua es aún más complejo que el del aumento de las mareas. A esta suba, hay que agregarle el incremento de las precipitaciones. Y también otros factores antrópicos, como la canalización del río Salado, lo que suma presión sobre la bahía. "Se junta el agua que quiere salir con la que quiere entrar y los canales desbordan", dice. "El cambio climático exacerba todo esto", agrega.
Lo que puede pasar, entonces, es que los canales se llenen de agua salada, lo que mata a los campos. Y también que se contaminen los acuíferos que se encuentran debajo de los cordones de conchillas que es donde crecen los montes de talares, el árbol típico de la zona. La Pampa del gaucho está entrando en una zona desconocida. Toda esta dinámica hídrica se puede convertir en una trampa no sólo para General Lavalle, sino para zonas pobladas que están más al Norte del estuario, como La Plata y Magdalena. Según dice Miñarro, sobre el cambio climático hay mucha información global, pero disminuye mucho cuando se la baja a nivel local, como este. Los científicos reconocen que aún cuando se limite la suba del termómetro en 2 grados centígrados, la expansión de los océanos seguirá acelerándose. Vicente Barros, uno de los mayores especialistas en cambio climático, dijo a Clarín que "para el año 2.100 el aumento proyectado es de 40 centímetros".
Quienes viven las transformaciones del medio ambiente son los pescadores. Ricardo Trama lo resume así: "Menos frío, más viento y sobrepesca". Pero hay otros fenómenos también como el aumento de la temperatura del agua, lo que provocó una mortandad enorme de especies el verano pasado, particularmente el de la llamada saraca. "Este no es un pescado comercial, pero forma parte de la cadena alimenticia", explica. También observa que en Punta Piedras, en el extremo norte de la bahía, hay muchísima basura, que la corriente arrastra desde centros urbanos, como La Plata. "Las redes vienen llenas de plástico". Justo ahí, desova la corvina, el recurso más valioso de la zona, que está bajo una intensa presión de pesca.
Alfredo González, que fue pescador y hoy es tornero, dice que "el común denominador de las conversaciones es el viento. Va a haber que acostumbrarse a trabajar con él, lo que es muy molesto para los tripulantes". Cuenta también que antes las tormentas venían del Sur. "Pero ahora viene de todos lados".
Podemos citar, a modo de conclusión, al canciller de la Academia de Ciencias Sociales del Vaticano, monseñor Marcelo Sanchez Sorondo, que la semana pasada presentó en la legislatura porteña la encíclica del Papa Francisco sobre medioambiente “Laudato si”, con la presencia del senador Pino Solanas y los legisladores porteños Pablo Bergel y Gustavo Vera, organizador del encuentro.
Sanches Sorondo: “Me da la impresión que aquí se habló poco de esta encíclica. Sólo se la mencionó con motivo de las inundaciones, pero no se habló de su contenido y sobre todo, de cómo ponerlos en práctica”.
En “Laudato si”, el Papa Francisco señala, entre otros aspectos, sobre el uso intensivo de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas, etc) como uno de los responsables de la concentración de gases de efecto invernadero que producen el calentamiento global.
Esta afirmación –que forma parte del consenso científico– fue replicada por neoconservadores católicos y evangelistas, y los rechazos ganaron intensidad por la gira pontificia que se iniciará en Estados Unidos el 22 de septiembre.
“El concepto del calentamiento global viene de la ciencia, no está en la Biblia –afirmó Sánchez Sorondo a Clarín–. Acá se habla de la razón científica. Y el Papa asume las tesis del 99,99% de los científicos. Siempre hay alguno pagado por algún lobby que dice lo contrario. La tesis central es que la actividad humana que utiliza materia fósil, que hace al corazón del sistema energético mundial, es lo que produce el desequilibrio del clima. Y el efecto de este recalentamiento cae sobre los más pobres porque no están preparados, y no tienen ni gozan de las ventajas del petróleo. Es algo que no entienden algunos católicos, y tanto menos los católicos recién convertidos para ser candidatos americanos a presidente”, expresó Sorondo en obvia referencia a “Jeb” Bush, precandidato republicano que se había molestado con el Papa por sus opiniones sobre el cambio climático y la economía.
El Papa critica al capitalismo que sólo sigue al mercado. Naturalmente es claro que en el mundo global las multinacionales no les interesa demasiado la gente, les interesa hacer negocios. Pero si la única ley es el negocio, la democracia se convierte en una plutocracia. (Gobierno de los que más tienen)
Como vemos, el problema no es lejano, esta mas cerca de lo que pensamos. No es que estas cosas sólo pasan en Europa, Asia o América del Norte, sino que las encontramos dentro de nuestra Argentina.
Las noticias nos muestran como se expresa el cambio climático en todas las partes del globo.
Vemos también, como se toman, por parte de algunos sectores de la sociedad, su difusión, su discusión y por sobre todo como poner en práctica algún tipo de solución al problema.
Por esto, es que nos preguntamos, ¿Qué papel jugamos como miembros de una sociedad?, ¿Es demasiado grande el problema?, ¿Los perjudicados somos muchos o pocos?, ¿Es posible darle solución a este y otros problemas que nos aparecen cotidianamente? Comenzar a preguntarnos es el principio, poder juntarnos, para poder intercambiar ideas, es un paso más, poder llevarlo a la práctica es otro y creemos que el más importante, sin dejar de lado el pensar y analizar juntos.
