En el año 1998 publicamos en la revista “Pariendo” y en forma de volante lo que sigue:
Hay inseguridad no sólo cuando se roba o se mata para robar, sino cuando nos venden remedios “truchos”, cuando se viaja en un avión al que le falta mantenimiento, cuando se deposita plata en un banco que cierra y no la devuelve, cuando se accidentan o mueren trabajadores porque no tienen medidas mínimas de seguridad, etc., etc.
Limitaremos esta nota sólo al tema de la seguridad en cuanto a los robos, violencia, etc. Hay que decir que si todo se deteriora, es imposible que la seguridad sea una excepción. Por eso, hay que tener en cuenta los intereses en juego, y el contexto del problema. Citaremos los diarios, para basarnos en hechos comprobables.
I.- Hay inseguridad y va en aumento
Clarín, 26-7-98, pág.50: “En lo que va del año la Policía Federal contestó tres veces esta pregunta: ¿cuáles son las cifras reales de los delitos en la Capital Federal? En cada una de ellas dio una respuesta diferente y contradictoria, que dejó la cuestión en el misterio. En todos los casos, las cantidades se obtuvieron mediante el mismo método, corresponden a idéntico período y tipo de delito.
Según el penalista Eugenio Zaffaroni, las estadísticas policiales y judiciales son la gran mentira, no sólo porque se corre el riesgo de manipulación, también porque sólo reflejan los delitos denunciados. Si las estadísticas son imprecisas o contradictorias es imposible trazar una estrategia para solucionar los problemas. Para el juez Néstor Blondi las cifras que se manejan no son confiables. No se si fallan las fuentes o si las cifras no reflejan la verdad o se arreglan.”
Clarín, 15-1-98, pág. 30: “El presidente Menem dijo ayer que ‘los índices de criminalidad se mantuvieron o crecieron algo’. Así contradijo al Ministro del Interior Carlos Corach quien estuvo afirmando durante las últimas semanas que los delitos bajaron el último año en la ciudad de Buenos Aires. El presidente aclaró que se basa en lo que piensa la gente.”
O sea, ninguna cifra o estadística es segura, al punto tal que el presidente debe basarse “en lo que piensa la gente”. Al parecer en estas cosas funcionan también las relaciones carnales con EE.UU.; veamos Clarín, 10-8-98, pág. 55: “Este año hubo denuncias sobre estadísticas falsas en Filadelfia, Nueva York, Atlanta y Boca Ratón (Florida), que motivaron la renuncia de varios comisarios.”
Como vemos el Estado no puede resolver el problema, ni determinar cuál es su real envergadura, esto se debe a los intereses en juego.
II.- ¿De dónde salen las armas?
En general los delincuentes van armados, ¿de donde sacan las armas? Veamos Pagina 12, 3-1-98, pág. 15: “Hace dos meses a raíz del sangriento asalto a la sucursal Saavedra del Banco Credicoop, el Ministro del Interior Carlos Corach, solicitó in formación sobre el tema de las armas en el país. Los especialistas en seguridad revelaron que gran parte de las armas de guerra ‘que se trafican en forma clandestina son reducidas por militares en actividad’. Los servicios de inteligencia, por su parte, detectaron ‘una importante cantidad de fusiles armados con piezas sin numerar provenientes de unidades militares o con numeración borrada’ ”.
III.- Las fuerzas de seguridad
Página 12, 8-11-97: “Organismos internacionales refieren que la medida mundial de efectivos de seguridad por cada mil habitantes es de dos o tres. Nuestro país tiene más de seis hombres (sin contar los privados) cada mil habitantes.”
El Gobernador Duhalde, luego del asesinato de José L. Cabezas; y lo dela AMIA(donde aparecen policías dela Provinciade Buenos Aires implicados), encaró una “profunda” reforma de la fuerza.
¿Cómo le fue? Por la magnitud del problema, primero acordó con la oposición (la Alianza), puso a la cabeza de la reforma un hombre suyo (León Arslanián) y a Luís Blinder, miembro del Instituto de Policía Criminal y de Seguridad, abogado ligado al Frepaso.
Clarín, 5-4-98, pág. 19: “Blinder esta persuadido de que Arslanián ha decidido detener la cirugía en la policía bonaerense para atenuar alguna de las consecuencias indeseadas que están asomando. El ahora hombre fuerte del gobernador cree que el frentista persigue sólo fines políticos y notoriedad.
Tenga razón quien la tuviere, lo real es que la reforma policíal empieza a tener reflejos incómodos para el calendario político de Duhalde: hay evidencia de que la purga en la institución se va traduciendo en un auge del delito en zonas del gran Buenos Aires.
Cierta información produce alarmas. La intervención en la Polícía Bonaerense corroboró después de un censo interno que sobre 47.000 agentes que posee la fuerza, alrededor de 5.000 --muchos de ellos con sus armas-- nunca pudieron ser localizados.”
Y en Clarín, 8-4-98, pág. 12: “Blinder admitió ayer que por vía de un censo se comprobó que existen agentes de quienes se desconoce dónde cumplen funciones, y que el personal que realmente está cumpliendo funciones de seguridad es escasísimo con relación a los 45.000 miembros. ¿Cómo no va a haber inseguridad?”
Así, Duhalde luego de cambiar funcionarios y no resolver nada, vuelve a las razzias en villas y barrios pobres. ¿Qué dice el viceministro de seguridad bonaerense, Clarín, 6-8-98, pág. 10: “No somos como esos que se meten en las villas y no entienden nada de su realidad, y no se dan cuenta que ‘los humildes son las víctimas y no los victimarios de los problemas de seguridad’, dijo en alusión a las razzias en las villas ordenadas por Arslanián”.
Esta situación de la policía no es sólo en la bonaerense sino que suceden en todas las provincias y en la Capital: María Soledad Morales en Catamarca, Bordón en Mendoza, las tres chicas de Cipolleti, etc.
Todo esto demuestra el nivel de corrupción, el poder real de la policía, y la evidente impotencia del Estado capitalista, (no sólo de un gobierno) para poder meter mano en ella. El continuo cambio de funcionarios y jefes de la policía demuestra que la situación de la Policía es consecuencia y no causa. Las raíces del problema se hunden en las complicidades y corrupción en el poder del Estado. Y este a su vez no puede proceder de otra manera pues la clase que domina y manda en él, el gran capital financiero local e internacional, es estafador y mafioso.
IV.- Donde están y quienes son los delincuentes.
En cuanto a las razzias en las villas y barrios del conurbano, con ellas nos quieren hacer creer que estos lugares son “tierras de nadie”. La realidad dice lo contrario, esos barrios tienen dueño y no son precisamente sus habitantes, pues son otros quienes hacen negocio con la droga, el juego, la prostitución y la delincuencia Los “trabajan” traficantes, punteros, policía, etc. Y cuando se manda una razzia “esa” gente, avisada, ya tomó los recaudos.
Es cierto que también hay pequeños delincuentes, que son, en general, los que caen. En estos pesa no sólo la tremenda desocupación y exclusión social, sino también el “ejemplo” de la moral y la ética podrida que baja desde las alturas de las clases dirigentes. Los habitantes de esos lugares están condenados a la marginación y en esas condiciones algunos de ellos son presa fácil de la desesperación. Otros son “trabajados” por punteros, traficantes, etc. Por otro lado,la TVmanejada por grandes grupos económicos envenenan la mente de millones con programas donde la delincuencia, la violencia, el asesinato, la estafa, la droga, etc., es lo más natural.
El Obispo Jorge Casaretto en Clarín, 2-3-98, pág. 17, dice: “Creo que si la sociedad toda no se decide a romper el círculo inclusión-exclusión la seguridad de los argentinos no tiene verdadera solución. Si no entendemos esto sólo trabajaremos por una seguridad que sea sinónimo de represión. Y esto a la corta y a la larga, se traduce en un círculo de polarización social que no logrará sino aumentar el crimen el robo y la inseguridad”.
Clarín, 3-8-98, pág. 45: “Durante una investigación sobre los chicos de la calle, Clarín entrevistó a funcionarios, políticos, policías, sacerdotes, y a otras personas que trabajan con menores. Ocurrió un hecho llamativo: muchos de ellos en algún momento de la charla, pidieron a los cronistas que apagaran sus grabadores para, explicaron, ‘hablar con más libertad’. Algunos solicitaron que sus nombres se mantuvieran en reserva. Esta situación se dio cada vez que los cronistas preguntaron sobre la supuesta existencia de mafias que manejan a los chicos de la calle o sobre la relación entre policías y menores.
Justificaron su actitud diciendo que tenían miedo de hablar porque los chicos podían recibir represalias. Los cronistas de Clarín tuvieron la sensación de que en realidad, no hablaban porque temían sufrir ellos mismos las consecuencias de lo que podrían decir. El miedo fue también la razón que algunos alegaron cuando se les preguntó por qué no denunciaban lo que sabían ante la justicia. No hubo respuesta. Esto tampoco debía quedar registrado por el grabador”.
V.- El tema de la droga
La droga, sin duda, está vinculada con el delito. Clarín, 15-1-98, pág.30, el Presidente Menem: “...la espectacularidad de los hechos sume en una sensación de inseguridad a la gente. Actualmente se mata a mansalva, eso es producto, lamentablemente, del consumo de drogas”.
El presidente habla del consumo de drogas como si no fuera esfera de responsabilidad del gobierno. Como en esto también se practican las ‘relaciones carnales’ nuestra política se articula desde EE. UU., ¿y cómo les va a los EE. UU. en lo de la droga?.
Clarín, 5-6-98, pág.42: “Frente a un mercado de drogas ilícitas de 50.000 millones de dólares como es el estadounidense, se comprende bien por qué las políticas que ponen el acento principalmente en reducir la oferta fracasan estrepitosamente.
Nuestra política antidroga ha conducido a miles de muertes y a una pérdida enorme de riquezas en países como Colombia, México y Perú donde, además, ha provocado la inestabilidad de sus gobiernos, dice Milton Friedman, Premio Nobel de Economía. Y todo esto sólo porque no podemos hacer respetar nuestras leyes en casa. Si lo hiciéramos, no habría mercado para drogas importadas.
El multimillonario George Soros: ‘Nuestra política de drogas ofrece un ejemplo excelente de consecuencias adversas y no deseadas. No hay otra área donde nuestras políticas públicas hayan producido un resultado tan opuesto al que estábamos buscando’. Un estudio realizado por la oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) indica que los resultados de la política de Washington al sur de Rio Grande le dan totalmente la razón a Soros”.
Nosotros utilizamos para hacer nuestros estudios la cifras del informe internacional para el Control de Narcóticos del Departamento de Estado, aclara Coletta Youngers una de las más renombradas especialistas en Washington en el tema y miembro de la WOLA”.
¿Se puede pensar que EE.UU. se equivoca al encarar el problema?, ¿no suena más lógico pensar que poderosos intereses del negocio de la droga manejan la política antidroga en los EE.UU.? De la misma manera, esos mismos poderosos manejan la política anti-droga en nuestro país.
VI.- ¿A quién se beneficia con la inseguridad?
Los intereses del tema de la inseguridad no se agotan en la policía, los funcionarios, la droga, jueces y mafias. Página 12, 11-1-98, pág. 14: “El incremento de los delitos contra la propiedad, sumado a cierta psicosis que se generó en la población del área metropolitana, contribuyen a alimentar un negocio que no necesitaba de estos incentivos para ser floreciente: el de la seguridad privada, un sector en crecimiento que mueve en la Argentina unos 900 millones de dólares por año. En esa cifra no cuenta el mercado de seguros contra robos en casa de familia que en el último año movió más de 420 millones de pesos, ni los servicios adicionales que presta la policía. El mercado de seguridad creció en 1997, según la actividad, entre un 15 y un 70 %. También aumentó el último año la compra de armas, en especial las de grueso calibre, que casi duplica la cantidad de piezas vendidas en 1996. ‘Nuestra mayor publicidad son los noticieros’, dice R. Marchi, gerente de la empresa Unialarm (alarmas) “.
Como vemos hay muchos intereses a los que no les conviene que haya menos delitos y más seguridad. A esto hay que agregar que la mayoría de las agencias de seguridad están en manos de gente inescrupulosa, muchos de los cuales fueron torturadores y represores durante la dictadura. Clarín, 17-5-98, pág. 62: “En la Argentina hay unos 70.000 hombres que trabajan como vigiladores o custodios. Reciben como máximo 10 días de instrucción. Esto es así en el mejor de los casos. En las empresas más chicas, escuchar tres horas de charlas es un requisito suficiente como para salir a ‘cuidar un objetivo’ con un arma en la cintura.
Para poder trabajar, los vigiladores no tienen que tener antecedentes por delitos dolosos (intencionales). Pero si se les escapó un tiro y mataron a una persona no hay impedimento. No es necesario tampoco un titulo habilitante. Un vigilador que trabaja seis días semanales de ocho horas gana un básico de 310 pesos”.
A toda esta red de intereses con vínculos directos en los servicios de seguridad y en los poderes económicos, en la política y en la Justicia, etc.; se le suma el desarrollo de la crisis económica que sume en la desesperación a vastos sectores que ven cerrados todos los caminos; esto a su vez es caldo de cultivo para la degradación de individuos que son la materia prima para que los poderosos hagan su negocio con cuero ajeno. Conclusión: la inseguridad tiene sus raíces en grandes intereses que tomaron las instituciones, por ende, una mejor seguridad implica terminar con la red de intereses, complicidades, beneficios y beneficiarios de la inseguridad. Hasta acá el articulo 1998.
¿Cómo siguió la cosa?
Página 12, 28-1-04: “Uno de los fenómenos que sorprendieron en los últimos días es la aparición de hombres de las fuerzas de seguridad participando directamente en los robos. Se sumaron tres casos”.
Clarín, 20-3-04: “En los últimos días se produjeron o se aclararon numerosos delitos que implican a policías de distintas jurisdicciones del país. Según Asuntos Internos de la Policía Federal habría más efectivos involucrados con grupos de secuestradores, ladrones y reducidores de autos.”
Página 12, 22-11-04: “Polémica vinculación entre la política, la policía y el narcotráfico” Conferencia en Nueva York del ex viceministro de Seguridad bonaerense, Marcelo Sain, actual Director de la Unidad de Información Financiera, (UIF) del Ministerio de Justicia, delegado de la Secretaría de Lucha Contra el Narcotráfico. Trazó un modelo de connivencia y corrupción basado en lo territorial.”
Clarín, 14-9-06, pág. 27, Pablo Alabarces, doctor en sociología, profesor de la UBA e investigador del CONICET: “Nada se hizo ni se hará contra las barras bravas. Debemos interrogarnos sobre nuestro grado de tolerancia, considerando que los responsables políticos, económicos y culturales del fenómeno son presidentes de clubes y asociaciones, punteros, concejales, diputados, intendentes, gobernadores.”
Clarín, 29-6-06: “En zonas críticas, casi el 50 % de los jóvenes consume ‘paco’. Surge de un estudio del Gobierno bonaerense en una villa de emergencia.”
Clarín, 12-8-07: “Ahora la droga llega en avionetas hasta el conurbano bonaerense. Aterrizan en los campos o lanzan paquetes con marihuana o cocaína desde el aire.”
Clarín, 10-12-07, pág. 34: “El ‘paco’ sale de la villa y ya desembarca en la clase media”.
Clarín, 9-2-09, pág.2: “Sobre lo privado y lo público. Esta seguridad privada tiene hoy casi tantos agentes como la propia Bonaerense. Son dos ejércitos paralelos, con fuertes vasos comunicantes. Algunos de quienes han sido expulsados de la fuerza por delinquir nutren los ejércitos privados y muchos de quienes integran la Bonaerense, se sabe, andan en asuntos ‘non sanctos’. No son policías ladrones: son ladrones y secuestradores disfrazados de policías”.
Clarín, 9-2-09, pág.40: “Admiten que la seguridad en los countries es muy vulnerable”
Clarín, 3-7- 07, pág. 26: “La inversión en seguridad en el hogar creció el 15 % en un año.”
Clarín, 28-12-08, pág.55, reportaje al Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Carlos Stornelli: “Periodista: ¿Por qué dice que hay mucha gente a la que no le conviene que baje la inseguridad?
Ministro: La seguridad no es funcional a todo el mundo. Hay grandes intereses detrás de la inseguridad, que no son solamente los intereses del delito. Hay intereses económicos poderosísimos. Gente que tiene que vender armas, rejas, alarmas, seguridad privada,…lo que sea. Hay un negocio enorme atrás y una industria de la inseguridad
Periodista: Si mejora la seguridad pública tiene menos trabajo la seguridad privada... ¿eso dice usted?
Ministro: de alguna manera si. Además hay organizaciones subterráneas que han vivido de una Policía de rodillas durante muchos años... Yo estoy seguro de que a alguna gente no le interesa que la seguridad en la Provincia mejore.”
Y este panorama no es exclusivo de la Argentina, Clarín, 11-3-07, pág. 38: “Michel Platini, ex futbolista y Presidente de la Unión Europea de Futbol: Hoy, el futbol es sinónimo de droga, corrupción y lavado de dinero”
El Economista, 13-7-07, pág. 2: “Editorial: El crecimiento del delito es un problema global. Los debates que genera el tema son iguales en todos los países. El delito esta volviendo a crecer en todo el mundo. Las causas del flagelo son múltiples pero se expande más en aquellos países con poblaciones jóvenes, consumo de droga en ascenso y fácil acceso a las armas. Pero lo que si está claro es que buscar una única causa para un fenómeno tan complejo es, cuanto menos, ingenuo.”
Hubo decenas de purgas en la Policías y... todo sigue igual o peor, ahora mismo; Clarín, 4-12-09, pág. 50: “Piden 50 renuncias en el Ministerio de Seguridad’, además, cambian a dos altos jefes de la Bonaerense.”
Editorial del ”LE MONDE diplomatique” de diciembre 2009, pág. 3: ”La inseguridad política e institucional es más grave que la inseguridad callejera, que ya es muy grave. Una y otra se retroalimentan, amenazando la estabilidad y el orden republicanos.”
Como vemos 10 años después el ministro de seguridad de Bs. As. el ministro reconoce la existencia de poderosísimos intereses de la inseguridad que no son los del delito. Pero nada dice de combatirlos, al contrario se sigue insistiendo en bajar la edad de penalización. Y en la nota editorial de Le Mond se dice directamente que la inseguridad en las calles es menos grave que la inseguridad política e institucional y que ambas se alimentan una a la otra.
Si comparamos ambos momentos, el 1998 y lo posterior, podemos:
1.- identificar mejor las causas y factores que confluyen en el fenómeno de la inseguridad.
2.- ver la evolución de esas causas y factores.
a) quienes son los que roban: hoy la policía, la seguridad privada, la cobertura y complicidad de otras instituciones aparecen más abiertamente involucradas en los delitos.
b) la droga ya penetró los colegios secundarias de la Capital, allí no concurren jóvenes de los barrios más pobres del conurbano. Ahora ya sabemos que la droga llega impunemente en avioneta al conurbano bonaerense. Y apareció el “paco” mucho más dañino que la cocaína, al punto que provocó peleas entre los traficantes menores de paco y los de cocaína, pues el paco los mata rápido y se quedan sin clientes.
c) ni hablar del agravamiento de la cuestión económica en los barrios con la crisis del 2001 y la actual, y con el agregado de que el agravamiento de la situación económica precipita la degradación y la decadencia en todos lados y en particular en esos barrios, donde ya se venía malparado.
d) los negocios con la inseguridad siguen creciendo, ahora, 10 años después, el propio ministro de seguridad bonaerense reconoce que hay intereses económicos poderosos y una industria de la inseguridad que se verían perjudicados si mejora la seguridad en la provincia.
e) el deterioro de lo político e institucional al que se califica de más grave que la inseguridad callejera. Si bien es cierto que se retroalimentan mutuamente, no se puede ignorar que, en esa relación, la degradación político-institucional es determinante.
Frente a todo esto la sanción a los menores o la baja de la edad de imputabilidad es más un argumento de distracción para evadirse de afrontar el verdadero problema, un argumento para confundir a una población que todavía no se atreve a mirar de frente y plantarse con firmeza ante sus problemas, pero va camino de hacerlo.
Otro tanto ocurre con los argumentos que centran el problema en la pobreza, la exclusión, la marginalidad, etc., hay que decir claramente que el problema y sus causas, no esta en los pobres, sino en las mafias, en la degradación institucional, en la putrefacción de las clases altas y de la clase dirigente, ¿qué muchas veces los pobres son la mano de obra?,
¿Quién lo duda, quién lo niega?, pero la mano de obra ¿de quién? Si el problema fuera provocado por los pobres, y perjudicara a las clase altas, no pedirían permiso a nadie para reprimirlo, y acabar con él, ¿acaso, alguna vez lo pidieron? reprimieron legal o ilegalmente cuantas veces quisieron siempre que el reprimido fuera un pobre o de las clases bajas, y ampararon, ocultaron, taparon, protegieron siempre cuando se trataba de alguien de las clases altas, y muchos asesinos de esa clase andan sueltos, incluso algunos con condena, o ¿acaso no están libres los asesinos de Cabezas? (que respondían a una mafia poderosa), ¿qué pasó con los casos Garcia Belsunce, Nora Dalmaso, el cura Grassi?. Y tantos otros casos. Cuando los poderosos quieren, nada se descubre y nada se sanciona.
Ante esto, ¿no es cada vez más difícil solucionar la inseguridad sin limpiar a fondo el conjunto de las instituciones?, ¿Y esta limpieza es posible sin perjudicar poderosos intereses económicos?, por último, ¿es posible vencer la resistencia de estos intereses económicos sin barrer el sistema económico que le da sustento y al cual ellos defienden porque les conviene?